Madoff, ¿Un “ Monstruo»? O mera anécdota comparada con otras pirámides

Millones de espectadores hemos disfrutado con esta serie fascinante, y basada en hechos reales (que se lo pregunten a los demandantes y demandados de entidades financieras). Serie ejecutada magistralmente por profesionales con tremenda capacidad de síntesis de la trama y de síntesis para transmitirla al espectador de forma penetrante y cautivadora. cautivadora y penetrante. La pregunta que mucha gente se hace es, si Ponzi solo fue un pequeño aperitivo

 

Es el mayor esquema Ponzi conocido hasta 2008 (65000 millones $) y también hasta hoy.

Siguiendo con estructuras piramidales, que no de estafas «stricto sensu», porque en estas, como la que nos ocupa, no se puede probar ánimo de lucro económico, tenemos la que trae de cabeza a la población la mayoría de países desarrollados, y del nuestro.

Problema con difícil solución y no exenta de sacrificios

El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Instituto de Finanzas Internacionales, estiman que el volumen de deuda emitido en todo el mundo asciende aproximadamente a 296 billones de dólares estadounidenses. El equivalente a unas 240 veces el tamaño de la economía española. Una mareante cifra que supone cerca del 350% del PIB mundial.

El panorama es el siguiente: Por un lado, desde la crisis financiera 2008 los gobiernos han duplicado deuda pública al PIB mundial, y superado a la deuda de empresas como los mayores demandantes de deuda.

Veamos el chart por gentileza de Ignacio de La Torre, Socio y Presidente de Arcano Partners y miembro de referencia para todos en el Observatorio I.E.

Las empresas han incrementado su deuda (aprox.) en un 40%; Los particulares un 30 %, pero ojo, porque ahora está creciendo al mayor ritmo desde 2007 por la dichosa suma de estancamiento e inflación.

En los gráficos hay un bulto sospechoso. En el mundo la deuda global se ha incrementado un 30% desde la crisis financiera de 2008, mientras que en China se ha duplicado.

 

¿In God we trust? En mi opinión, tras el abandono del patrón oro (1971) hasta 2007 (ojo, multitud de economistas, ya en 1971, advirtieron de la que se nos venía) la ciudadanía tuvo que encomendarse a un milagro, o a la suerte, o a la aparición milagrosa de yacimientos y bienes de todo tipo, de un sustituto del petróleo, o al lucero del alba.

Pero la confianza en el sistema, con o sin milagros, está ahora bajo mínimos, desde el abandono del patrón oro, que denominaron “provisional”. ¿Provisional? ¡y una leche! A ver quien es el guapo que le quita a un político de los de ahora,  el caramelo de imprimir billetes.

Desde 2007 la “confianza” para una gran mayoría se fundó otros argumentos, que si el Estado nunca quiebra, que si las codiciosas empresas ganan siempre, que si al final todo se arregla…Una minoría, conocedora de una inflación inevitable en un momento dado, con o sin aparición de cisne negro, mutó el «In God We Trust” por «In Gold We trust”, confiando en el oro como activo refugio. Y ya nos queda una exigua minoría entre los que rebuscas catedráticos, banqueros centrales y una legión de políticos sedientos de votos, que prefirieron cortar el billete de arriba, seleccionando únicamente la pirámide que aparece a la izquierda del billete.

 

 

La magnitud del problema se ha visto en Davos la semana pasada, donde los silencios han sido mucho mas elocuentes que las palabras, a tal extremo que, en público el tema de la deuda es “no comment”, pero en privado nadie oculta el problema de la pirámide de deuda. Ese es el clásico síntoma común a todas las desgracias, que, a diferencia de los problemas, carecen de solución y se prohíbe hablar de ellas.

Lo mismo ocurre en nuestro país con el sistema piramidal de pensiones. Los políticos, en público pasan de puntillas sobre la sostenibilidad de las mismas, pero según las encuestas, en España ya es el principal problema para más del 80% de encuestados en todas las franjas de edad, incluida la de edad entre 56 y 65 años.

 

Lo curioso es que, buena parte de los encuestados que ya son pensionistas, afirman sin rubor la clásica aclaración ociosa de los vendedores de fondos de inversión ”Ingresos de meses pasados no garantizan ingresos futuros”

Diagnóstico: 

El paciente, (la suma de gestores y de contribuyentes netos), presenta rasgos o bien maniacos, o bien depresivos, según pertenezcan al primer o segundo grupo. La solución, si existiese a estas alturas, se cobraría un coste electoral inasumible y la ciudadanía unos sacrificios heroicos.

 

Imagen por gentileza de Daniel Colombo

Terapia: Una vez desatendidas las voces de alarma a partir de 1971, los economistas sensatos (tachados de “irracionales antikeynesianos” por quienes no han leído a Keynes) y una vez despreciados millones de ciudadanos que no saben quién es Keynes, pero dotados de sentido común, que entienden bien que el abandono patrón oro provoca crisis financieras con consiguiente desempleo e inevitable inflación, y que estas a su vez solo las sufren las clases medias y aniquilan a los más vulnerables (el índice de pobreza en familias monoparentales y en niños duplica al de los adultos) me resulta imposible encontrar terapia alguna.

El tema de las pirámides, ya sea financiera global o ya de pensiones (no solo en sistemas de reparto, posiblemente salpiquen a capitalización) me temo que quedará en  cuidados paliativos con el mínimo coste electoral, como podría ser un como un subsidio a repartir entre mayores de 67, aportados por “hucha de Pensiones”, y en países como el nuestro, Bruselas probablemente nos cantará retocada la copla de Rocío Jurado,

“Se me acabó el amor de tanto darlo

Y se te acabó mi apoyo de tanto usarlo

de tanta entrega sin medida (y sin reembolso),

de darme por completo a cada paso,

de avisarte que nada es gratis, pero tú ni caso

Y te advertí que dilapidando durarías poco,

Y que jamás duró una rosa dos primaveras

Pero te lo devoraste todo como fiera,

Y el invierno acaba llegando aunque no quieras”  

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