Ucrania. Perplejidad, chantaje, soledad, sorpresa y preocupación por postura de China.

Han pasado más de un mes de la amenaza a Ucrania y más de dos meses del posicionamiento ruso junto a la frontera de Bielorrusia. El tiempo está poniendo a cada uno en su sitio.

Soledad El mensaje de Zelensky de este mediodía a la Eurocámara es estremecedor: “Estamos muriendo por ser miembros de Europa, demuestren que están con nosotros”.

El presidente de Ucrania no ha dejado de recordar desde hace ya bastantes días que “Nos han dejado solos, el país más poderoso del mundo nos mira desde la distancia”. Y el mundo avergonzado (o mejor, la parte menguante del mundo que aún queda con vergüenza), sale a las calles a protestar (ciudadanos de a pie) en favor de un pueblo invadido. Consideran que las sanciones financieras no son suficientes contra un contra un autócrata desesperado en sus horas más bajas, en sus horas bajas, con un bloqueo económico y popularidad en mínimos ya previa al demencial ataque y agravada con cifras oficiales de 5000 manifestantes detenidos, que podrían ser muchos más (no es lo mismo luchar contra Hitler que contra eslavos como ellos) que puede estallarle en las manos.

Perplejidad. Hemos seguido atónitos las noticias, sorprendidos por la resistencia de Ucrania, por la unidad mostrada a última hora por la Unión Europea, y por la poca talla mostrada por un Biden que deja irreconocible a la todavía primera economía del planeta. Aún con todo, y con la reunión-farsa invasor con el invadido en Gómel (Bielorrusia), creo que muchos coincidimos con el ex primer ministro italiano Mateo Rienzi, en ver a Angela Merkel como única capaz de persuadir al sátrapa demente, pero me temo que ya es tarde.

Chantaje A nadie se le oculta el chantaje del ex agente KGB a Alemania y de gran parte de la UE por su dependencia energética de Rusia. Pero en contra de lo esperado, Europa ha mostrado unidad de acción frente al Putin del “divide y vencerás” que ha fracasado en coacción una UE cuya determinación ha conseguido salvar sus costuras cuando parecían estar a punto de estallar, evitando el bochorno ante el mundo y sobre todo, ante sí misma.

Dolor. Ahora bien, vistos los precedentes durante estos últimos años en otras partes del planeta, el pueblo ucraniano se siente tan dolido, o quizá más por las meras sanciones económicas al violador, que en nada consuelan a la violada, que clamó en el contra lo que se iba a perpetrar en un desierto sin rastro de quienes siempre tuvieron palabras de apoyo ante una hipotética e improbable invasión.

Invasión en parte anunciada de alguien que jamás les engañó cuando negaba sus planes de invadir Ucrania. Con razón afirma el sociólogo Narciso Michavila en Twitter “La propuesta de censurar medios pro Putin, como Rusia Today, es tomar a la gente por idiota. Además, los mejores argumentos contra la guerra en Ucrania los proporcionan esos medios”. Comprobado, son algo así como la teoría de opinión contraria en Bolsa, porque Putin y su portavoz siempre han hecho exactamente lo contrario a lo prometido.

Oportunidad perdida En Washington y Bruselas deben estar muy ocupados, o se debe vivir muy bien (a veces son lo mismo) cuando no se han atrevido a responder inmediatamente y han hecho lo justo por “cumplir”, lo que se tomaron mucho más en serio en otras ocasiones, en “defensa de naciones tampoco pertenecientes a la OTAN.

Era la oportunidad única y posiblemente última para demostrar la ocasión al eje China- Rusia que aún no han ganado la guerra que de verdad importa en el planeta. Ucrania siempre fue primer objetivo para Rusia, y debía haber sido también para un occidente espeso de ideas como en plena digestión de banquete burócrata.

Objetivo de máxima prioridad por motivos geoestratégicos (mar negro) y puramente económicos, porque Ucrania no solo es granero agrícola de Europa (mayor país en superficie cultivable) ocupando plaza en el podio de productores de cebada; girasol; maíz y uno de los principales productores mundiales de centeno, trigo, huevos de gallina abejas…sino también almacén de otras materias, tanto primas como de siguiente eslabón en la cadena, productos manufacturados, vistas sus reservas de minerales de uranio; titanio; magnesio; hierro; mercurio; gas de esquisto…, y por no aburrir podríamos sumar su capacidad exportadora en muchos otros campos, desde turbinas para centrales nucleares a arcilla, pasando por lanzacohetes.

Pues bien, este pueblo que está protagonizando un heroico episodio digno de ser incluido en “Momentos Estelares de la Humanidad” (S, Zweig) pero va perdiendo la esperanza de incorporación a la OTAN (tema que más vale no meneallo) y a la Unión Europea, que hasta hace bien poco se ha mostrado de perfil, (como señorito endeudado que mendiga con mayordomo y disimula, no ve no ver pasar delante suya a un antiguo mancebo de la finca cuyo delito es no deber nada a nadie).

El señorito endeudado, consciente de la imagen mostrada (de todas partes se vuelve menos del ridículo) siente por fin vergüenza al comprobar la heroica resistencia de quien ha sido abandonado a su suerte (que buen vasallo si tuviera un buen señor…), y empiezan a tomar conciencia de lo que se juegan saltándose sus propios valores fundacionales. Pero me temo sigue sin tomar conciencia lo que en mi opinión se avecina, explicado en el comentario en esta misma página “Putin como circunstancia agravante”.

Preocupación por la postura de China:  Aún con todo, probablemente Putin tiene más difícil que nunca ver cumplido su sueño: La reconstrucción de la antigua U.R.S.S. en formato de U.R.P. Unión de Repúblicas Putinistas. Sueño en mi opinión, imposible salvo apoyo de China, de reconstrucción de una unión en la que no solo entrarían Estonia, Letonia y Lituania, sino que, en fases de delirio incluiría también algo inimaginable para un chiflado hace tres meses: Polonia, Rumanía, quién sabe si Hungría, y Finlandia.

China, hasta ahora en silencio, tiene última palabra, y también la primera, que aún no ha pronunciado y tiene en vilo a todo el planeta.

 

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