Apple lo tiene todo para “liarla parda”, y no limitarse a suministrar “servicios financieros” a los usuarios de I IPhone

Este fin de semana me ha encantado el trabajo de Mario Escribanoy Michael Mcloughlin para El Confidencial. En mi opinión, no tiene desperdicio.

Apple, según se desprende de este trabajo y de otros muchos publicados desde 2018 en la misma línea acerca de un “Google Bank”, a priori lo tiene todo para poner patas arriba al sector obsoleto por antonomasia.

Según los expertos, la actividad financiera de Apple Bank parece ir enfocada a la financiación del consumo, y muchos apuntan a que solo se trata de un servicio más al usuario. Solo una rama más de un manzano con suficiente saldo en caja para comprar más de la mitad del Ibex 35.

¿Pero solo  una rama más? Lo sabremos con el tiempo, pero no parece precisamente un mero “servicio añadido” de ninguna empresa que se precie por tener el mayor saldo en caja neta del planeta, -tampoco Google anda descalza, pero tiene escollos insalvables de protección de datos- Han tenido la envenenada ocurrencia de ofrecer un 4,15% cuando ninguna entidad consolidada en el sector ofrece ni la tercera parte, y precisamente en este momento tan inoportuno para el sector. Eso más que una rama parece más bien un segundo manzano del mismo dueño. Resulta muy extraño el momento elegido, justo en momento de fuga de depósitos que ha obligado a cerrar el banco Silicon Valley Bank y forzado la venta de First Republic Bank al grupo JP Morgan ha llevado a muchos estadounidenses a diversificar sus cuentas de ahorro para maximizar el seguro bancario de hasta 250.000 dólares por cuenta que ofrece el gobierno.

Hay muchos aspectos que hacen tan inesperada oferta especialmente atractiva para el cliente, al tiempo que temible para un sector que recibió liquidez a espuertas y que va escuchando la cuenta atrás para remunerar depósitos.

En una hipotética carrera, tendría muchas apuestas a su puesto en el podio antes de sonar el disparo de salida por muchos motivos. Masa crítica de clientes difícilmente superable (1350 millones de usuarios en el mundo, de los que 100 millones están en Estados Unidos y 45 millones en Europa. El perfil de sus posibles usuarios- clientes presentan dos rasgos en común envidiables para toda entidad: una balanza afortunadamente desequilibrada entre el platillo de la búsqueda de la tranquilidad, seguridad y calidad pesa mucho más que el del precio. Y, en segundo lugar, algo casi más importante: La fidelidad y satisfacción de los usuarios de Apple.

Por si fuera poco, los de Cupertino disponen de músculo tecnológico para poder conocer nuestras preferencias con mucha más rapidez de la Banca tradicional, así como para política conseguir la privacidad y ciberseguridad de la que muchas veces dudamos. En dos palabras, tienen tecnología para investigar y e incrementar distancia tecnológica con la Banca tradicional, y tienen dinero para comprar lo que se puede comprar con dinero, como por ejemplo los más cualificados expertos en las mencionadas protecciones de datos y ciberseguridad.

En cuanto a la otra esquina del cuadrilátero, la banca doméstica de Europa occidental, aparte de tener una imagen corporativa se podría ser manifiestamente mejorable si no fuera ya es muy tarde; Vulnerar los derechos del cliente a ser tratado tal (Soy mayor pero no idiota…), como persona que ya paga una comisión de mantenimiento difícilmente justificable; Además ha cometido otro error, por cortoplacismo imperdonable no ha trasladado subida de tipos de interés a un cliente ahora mucho más preparado, el cliente de ahora no solo conoce muchas tripas de un negocio bastante simple, sino que no olvida ni perdona (disculpen, porque perdonar y olvidar son sinónimos).

A mayor abundamiento, y a riesgo de perderle como lector, Apple (y posiblemente Google) por varios motivos están mucho menos expuestos a los riesgos que de cabeza y detraen sumas que paralizan la actividad, ya sean riesgos cibernéticos; operacionales; de mercado; reputacionales “las patrullas de compliance obstaculizan el día a día mucho más que las ofertas de la competencia”, y si entramos en el continuo cambio normativo mejor dejarlo. Según se quejan las entidades.

Los de Apple han tenido además previsto riesgos que contemplaría cualquier pequeño comerciante. Han colocado un cortafuegos para la disposición de saldo, ya que los clientes podrían disponer parcialmente cada día y tendrían que esperar cinco días hábiles para disponer de la totalidad. En este sentido, conviene tener presente que mientras el pasivo de cualquier empresa lo componen cifras muy concretas y totalmente reales. En una entidad financiera tan solo se limita a unos apuntes que pueden volatilizarse en cuento corra un rumor o un titular de prensa, e inmediatamente, pocos miles de clientes cancelen el depósito pulsando muy pocas teclas, lo que puede producir la quiebra en cuestión de horas.

En cuanto al activo de una empresa tenemos maquinaria, edificios, existencias, tesorería y una serie de intangibles que cuando vienen mal dadas resulta difícil de “tangibilizar”…pero en activos de la Banca tradicional la cosa no pinta mejor, porque su activo se compone únicamente compromisos de pago, menuda tranquilidad para el acreedor…Lo explicaban en la facultad de Derecho “A los pagarés les llaman por su nombre de pila, pero creo que es más correcto bautizarlos también con su primer apellido: Pagaré, si puedo.

Para concluir, y rememorando la frase de Charles Darwin, “No es la especie más fuerte la que sobrevive, sino la que mejor se adapta a los cambios”. En el caso del gigante de la manzana se funden fuerza y constante adaptación. Ya puede agradecer la Banca tradicional que según varios expertos que Apple no se haya planteado decididamente entrar de lleno en el negocio financiero con todas sus consecuencias, pero no les gusta perder el tiempo y el futuro nos aclarará qué hay de cierto en esos mensajes tranquilizadores.

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